martes, 30 de marzo de 2010

José Manuel Arango

Nació en Carmen de Viboral, Antioquia, en 1937. Fue profesor de Lógica simbólica en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Antioquia durante casi tres décadas. Cofundador y coeditor de las revistas Acuarimántima y Poesía, de Medellín, e Imago de Copacabana. Premio Nacional de Poesía por reconocimiento Universidad de Antioquia, en 1988. Escribe una poesía rigurosa y elaborada. En sus primeros libros la temática se centró en el erotismo. "Es el precursor de una poesía erótica de alto aliento, no frecuentada en Colombia con tanta intensidad", escribe Fernando Ayala Poveda. Y agrega: "Su exploración metafísica no cae en la gratuidad: aproxima al hombre frente a los interrogantes de la noche: madre nodriza de la muerte, el recuerdo, lo nocturnal del alma humana. Se emparenta aquí con Novalis. Su lírica breve tiene un universo por construir con ahínco". Casi toda su obra se compone de poemas cortos que recogen, de un lado, un enorme acervo cultural, y de otro, una sensibilidad que se expresa en monólogos y en alusiones herméticas. Sobre su obra, el escritor Luis Germán Sierra escribió: "La poesía de José Manuel Arango, como toda obra auténtica, nace de la pretensión casi inexistente de escribir una gran obra y tiene su asentamiento primordial en las pequeñas cosas que rodean una vida cualquiera en cualquier lugar del mundo. Ello le da, además de autenticidad, un valor universal a su arte, reservándonos la complejidad —además de manido tópico— de ese término, pero entendiendo sin complejos que esta obra ya va muy lejos de un alcance meramente local y sobrevuela con soltura aires de otros territorios, pluralísimas significaciones".
CANTIGA DE AMIGO

Y tras la incertidumbre de un instante
frente al desconocido
que luego por virtud del gesto recordado
vuelve a ser el amigo que después de la lluvia
llama a la puerta

lo ayudamos a desnudarse
colgamos sus ropas a secar junto al fuego

y oímos el relato de su viaje
reconociéndonos en sus maneras
de náufrago

Juan Manuel Roca

(Medellín, 1946) es un poeta y narrador colombiano. En 1997 la Universidad del Valle le otorgó el doctorado Honoris Causa en literatura. Ha participado como jurado en certámenes literarios nacionales e internacionales. Durante diez años coordinó el Magazín Dominical de El Espectador, separata cultural con la que se formó prácticamente una generación, pues en ésta se publicaron un buen número de poemas, reseñas y comentarios sobre los principales poetas modernos y contemporáneos. Con el libro Las Plagas secretas y otros cuentos ganó el concurso de cuento de la Universidad de Antioquia. Su primera y única novela se titula Esa maldita costumbre de morir, publicada en el año 2003. Durante más de veinte años ha realizado talleres de apreciación poética en la Casa de Poesía Silva de Bogotá.
Es uno de los poetas más leídos en Colombia, con gran recepción en España y Latinoamérica. Entre los atributos de su poesía sobresalen su declarada obsesión con el lenguaje y la imagen poética de profundas resonancias oníricas, así como la ironía y el sarcasmo; el humor en la obra de Roca antes que un recurso estilístico o literario, es un camino útil para enfrentar las exigencias opresivas de la realidad y resquebrajar las falsas solemnidades del poder y la gloria.

Jaime Jaramillo Escobar

(Pueblorrico, Mayo 25 de 1932), vivió su infancia y juventud en varios pueblos antioqueños, especialmente en Altamira y Andes, donde fue compañero de Gonzalo Arango. Cuando, en 1958, su antiguo condiscípulo de colegio encendió los primeros fuegos del nadaísmo en Medellín, Jaramillo Escobar, quien a la sazón vivía en Cali, decidió sumarse al movimiento, encubriendo su verdadero nombre bajo el seudónimo X-504: «La X es también para preguntar quién soy. Es una interrogación. El desconocido que te interroga. El que pasa por tus manos sin darse a conocer y se va después de haberte dado todo, menos su nombre. Soy el nombre falso de la verdad [...] X-504, número de presidiario [... X-504 existe para que Jaime Jaramillo Escobar pueda vivir libremente, sin el peso de la literatura y de la admiración», explica Jaramillo Escobar. En contraposición con el carácter incendiario y revulsivo del nadaísmo, la discreción de X-504, paradójicamente, resultaba casi escandalosa. Gonzalo Arango lo describió como el más raro de los nadaístas, pues «paga religiosamente el arriendo el último día de mes, gira cheques con fondos, usa chaleco, todas las mañanas a las 8 en punto le da los "buenos días" al patrón, etc. ». No obstante, el poeta más parco del nadaísmo terminaría siendo reconocido como el mejor de todos. El premio Cassius Clay de poesía nadaísta que obtuvo en 1967 con su libro Los poemas de la ofensa, así lo demuestra. Este libro es considerado como lo más logrado de la poesía colombiana escrita entre 1950 y 1975. En los 44 poemas que conforman el libro, Jaramillo Escobar despliega los rasgos característicos de su escritura: poemas extensos dispuestos en frases a manera de versículos; adopción de un tono sentencioso propio de tradiciones épicas y bíblicas, matizado con humor e ironía; y, sobre todo, un contrapunto exultante entre «las grandes y colectivas cosas con las pequeñas y personales». X-504 ha publicado, además, Sombrero de ahogado (1984) y Poemas de tierra caliente (1985), con los que ganó, respectivamente, los Premios Nacionales de Poesía Eduardo Cote Lamus y Universidad de Antioquia, en 1983. En su antología Selecta (1987), incluye poemas de dos libros inéditos: Poesía revelada y Poesía pública [Ver tomo 4, Literatura, "El nadaísmo", pp. 271-274].g

LAURA RESTREPO

Casablanca nació en Bogotá en 1950. Se graduó en Filosofía y Letras en la Universidad de los Andes y posteriormente hizo un postgrado en Ciencias Políticas. Fue profesora de Literatura en la Universidad Nacional y del Rosario. Se dedicó a la política y al periodismo. Ha compaginado la militancia política con sus actividades como escritora y periodista, siendo nombrada en 1983 miembro de la comisión negociadora de la paz entre el gobierno y el grupo guerrillero M-19. En 2004 fue nombrada directora del Instituto de Cultura y Turismo de Bogotá, pero renunció poco después tras haber sido galardonada con el Premio de Novela Alfaguara.
En 1986 publicó su primer libro: Historia de un entusiasmo, fruto de sus experiencias con el M-19. Tuvo que exiliarse en México y Madrid hasta que el M-19 abandonó las armas y pasó a ser un partido de oposición. En 1997 gana el Premio Sor Juana Inés de la Cruz (Feria Internacional del Libro de Guadalajara, México) por su novela Dulce compañía. En 1998 se hizo acreedora del Prix France Culture que otorga la crítica francesa a la mejor novela extranjera publicada en Francia. En 2003 ganó el Premio Arzobispo Juan Sanclemente, otorgado por los alumnos del Liceo de Santiago de Compostela a la mejor novela en lengua española, y en 2004 el Premio Alfaguara de Novela por Delirio, en la que explora el mundo del narcotráfico colombiano y las profundidades de la mente humana a través de la historia de un hombre que busca devolverle la cordura a su esposa. También ha escrito varios ensayos y un libro para niños.
En 2009 publica su obra más reciente, la novela Demasiados héroes. Restrepo ubica esta obra en los tiempos de la dictadura argentina, de 1976 a 1983. Lorenza, una escritora colombiana, y Mateo, su hijo, viajan a Buenos Aires con el objetivo de encontrar al padre de Mateo, Ramón, un militante argentino, quien los abandonó cuando Mateo era apenas un niño. Durante su viaje, Lorenza le cuenta a Mateo, entre otras historias, cómo fue que su padre lo secuestró para hacer que ella regresara a su lado, después de su separación. Esta novela muestra las diferencias entre dos generaciones, madre e hijo, así como la resistencia a las dictaduras y el yugo de la memoria.

ENRIQUE SERRANO

Escritor colombiano nacido en Barrancabermeja. Navegó tres años en un barco mercante y al regresar estudió Filosofía, haciendo una tesis sobre Asia y Africa. Profesor de la Universidad de Rosario en Bogotá, publicó su primer libro, La marca de España, en 1997. Esta obra narra las vidas desgarradas y variopintas de los hispanos de todas partes, de los que han sentido las huellas de España. Es una fantasía literaria sobre el significado del pasado y del futuro. Unos relatos a caballo entre la historia y la ficción novelesca que, a través de atisbos de momentos cruciales en las vidas de personajes como Séneca, Ibn Hazm o el duque de Alba, proporcionan una visión novedosa y desgarrada del ser hispánico. A éste siguieron el libro de relatos De parte de Dios (2002) y Tamerlan (2003), novela poderosa, mágica y vital, que nos adentra en la vida de Timur Leng, conocido como Tamerlan, uno de los conquistadores más violentos y terribles que ha conocido la humanidad. Enrique Serrano ha recibido elogiosas alabanzas por parte de importantes personalidades literarias como Gabriel García Márquez y Alvaro Mutis, y está considerado como uno de los escritores más importantes y con más futuro de Colombia.

GERMAN ESPINOSA

Nació en Cartagena de Indias (Colombia) Abril 30 1938 y murio el 17 de octubre de 2007, es autor de unos cuarenta libros de poesía, novela, cuento, ensayo y biografía.
Aunque inició temprano su carrera literaria con un tomo de poemas de corte clásico (Letanías del crepúsculo, 1954), a partir de 1961 empezó a darse a conocer con relatos cortos de tendencia principalmente fantástica, sazonados casi siempre con finos rasgos psicológicos, recogidos cuatro años más tarde en el volumen titulado La noche de la Trapa. En éste, eludiendo en forma notoria todo costumbrismo o pintoresquismo, se preocupó por situar sus narraciones en ámbitos universales, sin por ello soslayar los temas nacionales. Dentro de ese marco escribió en 1966 su primera novela, La lluvia en el rastrojo, publicada sólo años después, en la cual satiriza ciertas costumbres de la clase alta bogotana y cuyo desenlace fantástico no la priva de crudos matices realistas.
La publicación en 1970 de la segunda de sus novelas, Los cortejos del diablo, lanzada simultáneamente en Montevideo y en Caracas, atrajo hacia Espinosa la atención de Hispanoamérica, ante todo por los elogios que recibió de la crítica argentina y del escritor peruano Mario Vargas Llosa y, más tarde, de comentaristas italianos al ser vertida a esa lengua. Se ocupa esta obra de los tiempos en que Cartagena de Indias fue sede del Tribunal de la Santa Inquisición y de la cacería de brujos desatada por el Inquisidor General Juan de Mañozga, que en la ficción aspira a ser el Torquemada de las Indias. El trasfondo histórico se encuentra en ella inmensamente contaminado de ficción y, a ratos, de fantasía arrebatada, razón por la cual cierta crítica —rectificada luego con creces— intentó clasificar al autor dentro del llamado realismo mágico, del cual él a conciencia deseaba apartarse. La ocurrencia de la acción en el siglo XVII determina a Espinosa a emplear un lenguaje de resonancias barrocas, salpimentado de arcaísmos, con giros que por momentos evocan la prosa o el verso satírico de Francisco de Quevedo.
Espinosa murió el 17 de octubre del año 2007 después de ser internado de urgencias en la clínica Colsánitas, al norte de Bogotá, luego de haber sido víctima de un paro respiratorio ocasionado por una neumonía que lo aquejaba desde hace varias semanas. Desde hace cinco meses padecía de un cáncer en la lengua, que prácticamente le impedía hablar.

RELACTORIAS LA LITERATURA Y LOS ESTUDIOS LITERARIOS

“Hemos de establecer, ante todo, una distinción entre literatura y estudios literarios. Se trata, en efecto, de actividades distintas: una es creadora constituye un arte; la otra, si no precisamente ciencia, es una especie de saber o de erudición.
Por supuesto, se han hecho intentos de desvirtuar esta distinción. Se ha dicho, por ejemplo, que no se puede entender de literatura si no se hace; que ni se puede ni debe estudiar a Pope, sin antes probar fuerzas con los llamados dísticos épicos, o que no es posible componer un drama isabelino sin antes escribir un drama en verso libre.
El problema estriba en abordar intelectualmente el arte, y en particular el arte literario. ¿Cabe hacer tal cosa? ¿Y cómo es posible hacerlo? Una de las respuestas dadas a esta cuestión ha sido la siguiente: es posible empleando los métodos desarrollados por las ciencias naturales, que no hay más que trasportar al estudio de la literatura. Pueden distinguirse diversas clases de esta transposición. Una es el intento de alcanzar los ideales científicos generales de objetividad, impersonalidad y certeza, intento que en un conjunto induce acopiar hechos neutros.
A todos los tipos de conocimiento sistemático les son comunes métodos fundamentales como la inducción, la deducción, el análisis y la comparación. Pero es manifiesto que la otra solución se recomienda: la investigación literaria tiene sus métodos válidos, que no siempre son los de las ciencias naturales pero que, no obstante, son intelectuales.
Wilhelm Dilthey estableció la distinción entre los métodos de las ciencias naturales y los de la historia en función de una contraposición entre explicación y comprensión. El científico decía Dilthey de la razón de un acaecimiento en función de sus antecedentes causales, mientras que el historiador trata de comprender su sentido, proceso de compresión que es forzosamente individual y aun subjetivo. Un año después, Wilhelm Windelbandl, el famoso historiador de la filosofía, atacó también el punto de vista según el cual las ciencias históricas han imitar los métodos las ciencias naturales: los científicos tratan de establecer leyes generales, en tanto que los historiadores se esfuerzan por aprehender el hecho único que no se repite. Modificado por Heintich Ricker, que trazó una divisoria no tanto entre métodos generalizadores y método individualizadores como entre ciencia natural y ciencia. La ciencia cultural decía se interesa por lo concreto y lo individual, los individuos, sin embargo, sólo pueden ser descubiertos y comprendidos por referencia a algún esquema de valores, lo cual no es más que otra manera de decir cultura. En Francia, A d Xénopol distinguía entre ciencia naturales en cuanto se ocupa de hechos de repetición e historia en cuenta se ocupa de hechos de sucesión.
Los estudios literarios sólo sirve para el arte de la lectura de la lectura es concebir erradamente el ideal del conocimiento organizado, por indispensable que sea este arte para el estudioso de la literatura. Aun cuando el término lectura se emplee con la amplitud suficiente para qué abarque la compresión y la sensiblidad criticas, el arte de leer es un ideal de cultivo puramente personal. Como tal es suma mente conveniente, y sirve también de base de una amplia difusión de la cultura literaria, pero no puede sustituir a la concepción de lo que hemos llamados “investigación literaria” entendida como tradición suprapersonal”.

RELACTORIA 2
NATURALEZA DE LA LITERATURA
“Uno de los moldes de definir la literatura es decir que es todo lo que está en letrea de molde. Otra manera de definir la literatura es circunscribirla a las grandes obras, sea cual fuere su asunto, son notables por su forma o expresión literaria. En este caso, el criterio es el valor estético, solo unido a altura intelectual general.
Las distinciones principales han de establecerse entre el uso literario, el uso corriente y el uso científico del lenguaje. Un reciente estudio de Thomas Clark Pollock sobre esta cuestión, titulado The Nature of Literature aunque más cierto dentro de sus limites, no satisface por completo, sobre todo al establecer la distinción entre lenguaje literario y lenguaje cotidiano el problema es crucial y nada sencillo en la práctica, ya que la literatura a diferencia de las demás artes, no tiene medio expresivo propio, y existen indudablemente no pocas formas mixtas y sutiles transiciones. Por su parte el lenguaje emocional, no se agota en modo alguno.
El lenguaje científico tiende a un sistema de signos como de la matemática o la lógica simbólica; su ideal es un lenguaje universal, el lenguaje científico, el literario suele resultar deficiente en ciertos aspectos. Abunda en ambigüedades; como cualquier otro lenguaje histórico, está lleno de homonimias, de categorías arbitrarias o irracionales, de recuerdo y de asociaciones; en una palabra, es sumamente connotativo”. Además, el lenguaje literario dista mucho de ser meramente designativo. Tiene su lado expresivo; conlleva el tono y la actitud del que habla o del que escribe; y no declara simplemente lo que dice, sino que requiere influir en la actitud del lector, persuadirle y, en última instancia, hacerle cambiar. Hay, además, otra importante distinción que hacer entre lenguaje literario y el lenguaje científico; en el primero se hace hincapié en el signo mismo, en el simbolismo fónico de la palabra. Para llamar la atención sobre él se han inventado técnicas de todas clases, como el metro, la aliteración y las escalas fónicas.
Es difícil de establecer es la destitución entre lenguaje corriente o cotidiano y lenguaje literario. El Lenguaje corriente no es un concepto uniforme: comprende variantes tales como la conversación, el estilo comercial, la fraseología oficial, el lenguaje de la religión y la jerga de estudiantes. Pero es evidente que mucho de lo dicho sobre el lenguaje literario se aplica también a los demás usos del lenguaje, salvo científico. El lenguaje cotidiano tiene también su función expresiva aunque ésta varia desde una desvaída comunicación oficial a la suplica apasionando provoca por un momento de crisis emotiva”.


RELACTORIA 3
FUNCIÓN DE LA LITERATURA

“¿Han cambiado en el curso de la historia las concepciones sobre la naturaleza y la función de la literatura? Contestar a esta pregunta no es fácil. Si nos remontamos lo suficiente, podremos decir que si, se puede retroceder a una época en la literatura, la filosofía y la religión coexisten sin diferenciación neta, entre los griegos acaso se pudiera poner ejemplo de Esquilo y a Hesioso, Pero ya Platón puede hablar de la disputa entre poetas y filósofos.
La Herejia Didáctica, como Poe llamaba a la fe en la poseía como instrumento de edificación, no debe equiparse a la tradicional doctrina renacentista según la cual la poesía deleita enseñado o enseña deleitando.
¿Cabe utilizar este doble criterio como base para definir la literatura, o es más bien un criterio de alta literatura? En los estudios del antaño rara vez aparecen las distinciones entre alta literatura, buena literatura y literatura infraliteraria. Pueden abrigarse verdades dudas sobre si la literatura unfraliteraria es útil o instructiva. Por lo común se la considera simple entretenimiento o evasión. Pero hay que responder a la cuestión en función de sus lectores, no en función de los lectores de buena literatura.
Los defensores de la literatura creen que no es una supervivencia arcaica, sino algo permanente, y así lo creen también muchos que no son poetas ni preceptores de poética y que por ello carecen del interés profesional por la supervivencia. La experiencia del valor único de la literatura es fundamental para toda teoría relativa a la naturaleza del valor. Nuestras mudables teorías se esfuerzan en hacer justicia cada vez más a la experiencia.

RELACTORIA 4
TEORÍA, CRÍTICA E HISTORICA LITERARIAS

En el estudio de la literatura, este ensayo de reconstrucción histórica se ha traducido en un gran hincapié en la intención del autor, que, según se supone, puede estudiarse en la historia de la crítica y del gusto literario. Suele darse por sentado que, si nos es dado averiguar esta intención y ver que el autor le ha llevado a cabo, nos es dado también zanjar el problema de la crítica. El autor ha servido un propósito contemporáneo y no hay necesidad, ni aun posibilidad, de seguir haciendo la critica de su obra. El método conduce, pues, al reconocimiento de una sola norma crítica: la del éxito contemporáneo. Hay, por tanto no ya una o dos concepciones independientes, distintas y que mutuamente se excluye, cada una de las cuales es certera de algún modo. El ideal de la poesía se parte en tantas astillas, que no queda nada; consecuencia de lo cual ha de ser una anarquía general, o más aún, arrasamiento de todo los valores.

martes, 2 de marzo de 2010

MÁS AUTORES

GERMAN ESPINOSA

Germán Espinosa nació en Cartagena de Indias (Colombia) Abril 30 1938 y murio el 17 de octubre de 2007, es autor de unos cuarenta libros de poesía, novela, cuento, ensayo y biografía.
Aunque inició temprano su carrera literaria con un tomo de poemas de corte clásico (Letanías del crepúsculo, 1954), a partir de 1961 empezó a darse a conocer con relatos cortos de tendencia principalmente fantástica, sazonados casi siempre con finos rasgos psicológicos, recogidos cuatro años más tarde en el volumen titulado La noche de la Trapa. En éste, eludiendo en forma notoria todo costumbrismo o pintoresquismo, se preocupó por situar sus narraciones en ámbitos universales, sin por ello soslayar los temas nacionales. Dentro de ese marco escribió en 1966 su primera novela, La lluvia en el rastrojo, publicada sólo años después, en la cual satiriza ciertas costumbres de la clase alta bogotana y cuyo desenlace fantástico no la priva de crudos matices realistas.
La publicación en 1970 de la segunda de sus novelas, Los cortejos del diablo, lanzada simultáneamente en Montevideo y en Caracas, atrajo hacia Espinosa la atención de Hispanoamérica, ante todo por los elogios que recibió de la crítica argentina y del escritor peruano Mario Vargas Llosa y, más tarde, de comentaristas italianos al ser vertida a esa lengua. Se ocupa esta obra de los tiempos en que Cartagena de Indias fue sede del Tribunal de la Santa Inquisición y de la cacería de brujos desatada por el Inquisidor General Juan de Mañozga, que en la ficción aspira a ser el Torquemada de las Indias. El trasfondo histórico se encuentra en ella inmensamente contaminado de ficción y, a ratos, de fantasía arrebatada, razón por la cual cierta crítica —rectificada luego con creces— intentó clasificar al autor dentro del llamado realismo mágico, del cual él a conciencia deseaba apartarse. La ocurrencia de la acción en el siglo XVII determina a Espinosa a emplear un lenguaje de resonancias barrocas, salpimentado de arcaísmos, con giros que por momentos evocan la prosa o el verso satírico de Francisco de Quevedo.
Espinosa murió el 17 de octubre del año 2007 después de ser internado de urgencias en la clínica Colsánitas, al norte de Bogotá, luego de haber sido víctima de un paro respiratorio ocasionado por una neumonía que lo aquejaba desde hace varias semanas. Desde hace cinco meses padecía de un cáncer en la lengua, que prácticamente le impedía hablar.

http://es.wikipedia.org/wiki/Germ%C3%A1n_Espinosa


Héctor Abad Faciolince
Héctor Abad Faciolince es un escritor y periodista colombiano.
Nació en Medellín en 1958. Inició estudios de medicina, filosofía y periodismo en su ciudad natal, ninguno concluido. Finalmente estudió lenguas y literaturas modernas en la Universidad de Turín. Se desempeñó como columnista de la revista Semana, hasta abril de 2008 y a partir de mayo de ese mismo año se reintegró al ahora diario El Espectador como columnista y asesor editorial.
Ha recibido un Premio Nacional de Cuento (1981), una Beca Nacional de Novela (1994) y un Premio Simón Bolívar de Periodismo de Opinión (1998). Obtuvo en España el primer Premio Casa de América de Narrativa Innovadora en el año 2000, y en abril de 2005 le fue conferido en China el premio a la mejor novela extranjera del año por Angosta.
GABRIEL GARCIA MARQUEZ
Los invitamos a realizar un corto, pero interesante viaje a través de la vida de este hombre: Gabriel García Márquez. Nace el 6 de marzo de 1928 en un pequeño pueblo de la costa atlántica de Colombia llamado Aracataca Gabriel García Márquez. Es criado por sus abuelos; asiste al Colegio San José de Barranquilla. Después de terminar su secundaria comienza a escribir una novela que en un principio titula "La casa" (Por esta época lee a Kafka y a Joyce).
Luego viaja a Cartagena donde ingresa a la facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Bogotá. Publica en El Espectador su primer cuento, "La tercera resignación". Deja la carrera del derecho y se inicia en el periodismo. Trabaja en el diario el Universal. Publica "Eva está dentro de su gato", "Tubal-Caín forja una estrella", "La otra costilla de la muerte" en El Espectador.
Después de varias obras que publica en los distintos periódicos donde trabajó publica su primera novela: “La hojarasca” en 1955. A ésta le sigue un libro de cuentos, “Los funerales de la Mamá Grande” en 1961. Pero su consagración literaria se produce con "Cien Años de Soledad" con la que se gana el premio Nobel en 1982. En el año de 1957, termina de escribir "El coronel no tiene quien le escriba". Para Márquez los años entre 1961 y 1965 son un período de silencio literario, pero ya en enero de 1965 decide volver a la literatura; por lo cual se encierra a escribir la novela "Cien años de Soledad".
Ésta llega a tener gran éxito y muestra de ello es que esta primera edición se agota en pocos días. La crítica delira en entusiasmo y la fama del libro trasciende pronto las fronteras del idioma, por lo cual editores extranjeros comienzan a disputárselo.
Publica en 1970, "El relato de un náufrago", recopilación de reportajes aparecidos en El Espectador en 1955. Además publica en Cuadernos Hispanoamericanos, Madrid, el cuento "Un señor muy viejo con unas alas enormes". Es importante recordar que en 1977, Estados Unidos reconoce la soberanía de Panamá sobre el Canal; tratado Torrijos-Carter. En este año de 1978, Gabriel García Márquez es invitado a Washington para la firma del Tratado. En 1984, publica el artículo: "¿Cómo se escribe una novela?".
En 1985, se da a conocer aún más por su novela "El amor en los tiempos del cólera". En 1991 da lugar a la publicación de "Doce cuentos peregrinos". Su última novela fue “Noticia de un Secuestro” que parece más bien un recuento periodístico y por esto ha dejado un pequeño vacío a sus lectores.
Después del viaje que hemos realizado, con esta lectura, por la trayectoria de este gran escritor podemos sacar conclusiones a cerca del porqué de su fama y renombre.

AFORISMO

14" Así como no se impone el gusto, no se impone la lectura. Pero es no quiere decir que debamos leer a vuelo de pájaro por que no tenemos que rendirle cuentas a ningún maestro, padre o sacerdote. No, la lectura debe ser contundente, aplicada, displinar. Más con una actiud lúdica que nos deje merecer el texto, o en otras palabras le permita ak texto nuestra lectura"

La lectura no debe ser impuesta, uno debe leer por que le nace hacerlo, por que se ha convertido en un hábito de nuestras vidas y así poder analizar con mayor profundida el contenido de los libros.

POESÍA Y CREACIÓN: EL DON DE LO QUE NO ESTÁ

“El poeta no escribe para llenar ese vacío, lo mantiene abierto escribiendo (vaciándose) escribe errando lo abierto, lo que va abriendo el escribir diciéndolo”
El poeta no escribe por escribir, sus palabras son especiales, son pensadas, analizadas y cada una tiene un sentido específico. Un poeta en cada en sus frases expresa todos sus sentimientos y los sentimientos de los demás. Vaciando sus pensamiento en cada una de sus líneas.

VOCABULARIO DESCONOCIDO

PRECONIZAR: Prponer, recomensar o apoyar un procedimiento, una medida etc. por considerarlo bueno o adecuado para determinado fin.

ASONANCIA: Correspondecia o relación de una cosa con otra

ALITERACIÓN: Repeticion notoria del mismo o de los mismos fonemas, sobre todo consonánticos, en una frase

MOVIMIENTO IMAGINISTA

Movimiento poético que floreció en Estados Unidos e Inglaterra entre 1909 y 1917 como oposición al romanticismo. Fue liderado por los poetas estadounidenses Ezra Pound y, posteriormente, por Amy Lowell. Otros poetas imaginistas fueron los escritores ingleses D. H. Lawrence y Richard Aldington, y los poetas estadounidenses John Gould Fletcher y Hilda Doolittle. Todos ellos publicaron manifiestos y escribieron poemas y ensayos para respaldar sus teorías. Confiaban ante todo en el uso de imágenes precisas e incisivas como medio de expresión poética y preconizaban la exactitud en la elección de las palabras, la libertad temática y formal, y el uso del lenguaje coloquial. La mayoría de los poetas imaginistas cultivaron el verso libre, y se sirvieron de la asonancia y la aliteración, más que de esquemas métricos formales, para estructurar su poesía.
Cibergrafia

La Imaginación

La actividad imaginativa se caracteriza por la capacidad de crear mundos fantásticos íntimos y propios donde el sujeto es generalmente el protagonista y donde no existe ni límites ni restricciones de ninguna clase para el impulso de su libertad. Fundamentalmente consiste en formar representaciones de objetos, cosas situaciones o afectos, etc. en ausencia de esos objetos o cosas.
Pero la actividad imaginativa no es sólo una representación y actualización del pasado, sino que abarca también la posibilidad de proyección en el futuro de anticipación en ese mismo futuro, de la construcción de utopías y de la liberación del estrecho horizonte del presente.

Cibergrafía
http://manuelgross.bligoo.com/content/view/76829/La_Imaginacion_Que_es.html